MOLATA DE LOS ALMENDROS 17 DE MARZO 2018



Salimos de Puebla de don Fadrique a las 8 de la mañana en dirección a Santiago de la Espada por la carretera A-317, pasamos Santiago y vamos en dirección Venta Tiziano, que dista unos 20 km de Santiago. Al llegar allí aparcamos los coches y justo enfrente del restaurante comienza el sendero, está indicado solamente allí, más adelante no hay indicaciones, solo algunos hitos con piedras que han puesto los senderistas. Por lo que hay que ir con alguien que lo sepa ya que es muy fácil perderse.
Comenzamos una subida repentina, luego se llanea un poco, siempre teniendo la molata enfrente, nos dirigimos hacia la derecha buscando unas riscas enormes, con paredes verticales enormes.
Almorzamos al terminar la subida, tras una hora y media de subida.
Y aquí empieza lo bueno. El primer encuentro es subir unos riscales ya con un poco de dificultad, pero pasamos. Seguidamente hay una pared vertical de unos 5 metros de alto, en la que hay una guía puesta y una cuerda, nosotros llevamos otras cuerdas y arnés que nos ayudarán a subir, ya que no somos expertos ni de los que íbamos habíamos hecho rapel ni algo parecido nunca, por lo que la dificultad es mayor, al verte en un sitio muy peligroso y sin experiencia alguna.
Carlos subió el primero, amarró la cuerda y así fuimos subiendo con su ayuda y la de Frans.
Pero ahí no acaba la cosa, seguidamente el desfiladero es muy complicado y aunque ya no hacen falta cuerdas, pero la altura, los nervios, el vértigo se adueñan, al menos de mi, y me cuesta mucho subir, aunque siempre contando con la ayuda de los demás, pero todo está peligroso, porque pudo haber desprendimientos, las piedras estaban mojadas ya que lloviznaba un poco.
En fín todo un conjunto de dificultades que hicieron la ruta cuando menos peligrosa, muy muy dura y difícil.

Ya que llegamos al último tramo de “escalada”, salimos al desfiladero que fué impresionante, a partir de ahí ya no había peligro, y aunque la subida era durísima por una pedrera y una inclinación grande, poco a poco la subimos, pero ya sin peligro.
Llegamos a la molata, bueno a un lado, porque para pasar a donde están los almendros, también hay que escalar. Las vistas del valle son preciosas e impresionantes.
Comenzamos el descenso buscando la cuerda de la molata, y después barranco abajo. Tampoco hay sendero señalizado por lo que es difícil seguirlo, en varias ocasiones tuvimos que volver para atrás y buscar la medio senda perdida. Y mira por donde buscando la senda nos encontramos con una Sabina enorme, centenaria, que estaba por el barranco.
Ya conseguimos enfilar bien, y a las dos y algo del mediodía llegamos a donde estaban los coches, en la Venta Tiziano, eso si lloviendo hacía ya un buen rato de forma animada.
Se acaba la ruta, y por fín disfrutaremos de sosiego sentados tranquilamente en un restaurante en la Pedanía de Gontar, que ya pertenece a Yeste y disfrutando de un buen vino, y unos platos exquisitos.
Pero aquí no acaba nuestra aventura del día; salimos de comer y cogimos la dirección de Jutia para llegar a Pedro Andrés (Nerpio), error que cometimos.
Seguía lloviendo bastante y ya cuando pasamos Pedro Andrés comenzó a nevar con fuerza, otro error por nuestra parte el no darnos la vuelta en ese momento, continuamos creyendo que los coches pasarían y que no apretaría a nevar, pero ocurrió todo lo contrario, ni los coches pasaron ni paró de nevar, así que nos vimos en un punto en que uno de los coches no podía seguir, intentamos con el otro tirarle para sacarlo a la carretera, tampoco pudimos, por lo que los dos coches quedaron atrapados a unos 150 metros de la carretera, en lo que se llama “la estación de Huebras”.
La carretera tenía mucha nieve y ya era imposible circular, llamamos a emergencias, y a Ezequiel, quien con ayuda de unos amigos subieron a por nosotros en todo terreno con cadenas y ya por fín pudimos llegar a casa. Las 22:30 de la noche.
Ese día no se nos olvidará fácilmente a Carlos, Rosa, Mari Trini, José, Alodia, Gerardo, Aurora, Jose María y Frans. entra dentro de la aventura del senderismo y te pone a prueba de las dificultades que podemos encontrar cuando salimos a la montaña.
Fdo: Aurora Fernández Beteta.













































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